En Cristo Está la Vida
Cuando en la vida de una persona hay una conversión a Jesucristo, existe un antes y un después de ella. Hoy en occidente nacemos y vivimos en una cultura cristianizada, pero con un cristianismo que día a día se va debilitando. Predica de Romanos 6:20
EN CRISTO ESTÁ LA VIDA
"Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. / ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte." Romanos 6:20-21
Cuando en la vida de una persona hay una conversión a Jesucristo, existe un antes y un después de ella. Es lo que sucede con personas que nacieron en una familia incrédula o con una fe no practicada. Su vida cambia completamente si esa conversión es real. Es un pecador arrepentido.
También hay quienes nacen en un hogar cristiano, por tanto desde niños escuchan la Palabra de Dios y son criados en los valores del Evangelio. Ellos no experimentan una conversión tan radical como los primeros, pero igualmente llega un momento en sus vidas en que tienen un encuentro profundo con Jesucristo. Desde ese momento se manifiestan más comprometidos con Dios y la Iglesia.
La realidad que vivimos hoy es muy distinta a la de los destinatarios de esta carta del apóstol Pablo, los cristianos de la Roma del primer siglo.
Ellos en su mayoría venían de una cultura idólatra, los dioses del Pantheón romano, pagana, esclavista, con emperadores autoritarios y una moral relajada que permitía el infanticidio, el incesto, la pedofilia y otras aberraciones. Los menos eran judíos o prosélitos del judaismo, con una religión legalista y superficial.
La conversión en aquella época era renunciar a una multitud de dioses, supersticiones y costumbres paganas o tradiciones de hombres. Además hacerse cristiano significaba muchas veces la persecución del estado como sucedió a esa iglesia de Roma.
Hoy en occidente nacemos y vivimos en una cultura cristianizada, pero con un cristianismo que día a día se va debilitando a medida que penetran ideas panteistas, liberales, agnósticas y ateas.
La sociedad de hoy no quiere vivir por normas ni tener autoridades religiosas que les muestren el camino. Prefiere tener su propia moral e inventarse sus creencias, vivir una fe individualista que les satisfaga sus necesidades y sin depender de una organización.
Agrava la situación del cristianismo, el mal testimonio y el escándalo de ministros de Dios e iglesias, tanto dentro de católicos como evangélicos, lo que da un pretexto a las personas para alejarse de la fe de Jesucristo.
Si en el siglo primero la dificulfad para evangelizar eran las ideas politeistas y la oposición del imperio, en este siglo es la indiferencia hacia la fe cristiana y la desconfianza en las iglesias.
Sin embargo hay muchos cristianos, pastores y sacerdotes coherentes con su fe, que viven el amor de Dios y enseñan el Evangelio, verdaderos discípulos de Jesucristo. Antes de conocer a Cristo eran esclavos del pecado y no buscaban ni conocían la justicia de Dios.
Hoy se avergüenzan de su pasado con sus malos frutos, sabiendo que aquella conducta sólo engendra muerte. Por eso ahora siguen Jesucristo pues en Él está la verdadera Vida y la completa satisfacción espiritual. ¿Y usted a quién o qué sigue como ideal de vida?