La Hora de la Prueba
Un punto importante en el fortalecimiento de nuestra fe es que le permitamos a Dios obrar en nuestro lugar cuando venga la hora de la prueba, y no buscar liberación de la misma por nuestros medios.
La Hora de la Prueba | Predicas cristianas cortas de George Muller
“El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele". 1 Pedro 1:7
Un punto importante en el fortalecimiento de nuestra fe es que le permitamos a Dios obrar en nuestro lugar cuando venga la hora de la prueba, y no buscar liberación de la misma por nuestros medios. Donde Dios ha dado fe, entre otras razones es con el propósito de que ésta sea probada.
Sea fuerte o débil nuestra fe, Dios la probará. Dese cuenta que Él nos guía con delicadeza, en forma gradual y paciente, y así mismo lo hará en relación con la prueba de nuestra fe.
Al comienzo la prueba será pequeña en comparación con lo que vendrá después, porque el Señor no nos pone cargas más pesadas de las que Él mismo está dispuesto a ayudarnos a llevar.
Ahora bien, cuando la hora de la prueba llega, por naturaleza estamos inclinados a desconfiar de Dios y a confiar más bien en nosotros, en nuestros amigos o en las circunstancias. Intentamos una autoliberación propia, de un modo u otro, en vez de mirar simplemente al Señor y esperar su ayuda.
Pero si no esperamos pacientemente la ayuda de Dios, si realizamos una autoliberación estaremos inclinados a hacer lo mismo en la siguiente prueba. Y cada vez nuestra fe decaerá.
Pero si por el contrario permanecemos firmes para ver la salvación del Señor y su mano obrando a nuestro favor, confiando solamente en Él, aumentará nuestra fe.
Cada prueba nueva en la que confiamos en Dios para nuestra liberación, nuestra fe resultará fortalecida más y más. Si un creyente desea que su fe se fotalezca debe darle tiempo al Señor, quien prueba la fe de sus hijos para demostrarles, en última instancia, cuán deseoso está de ayudarlos y librarlos en el momento en que considere más conveniente.
Poderoso Dios, yo sé que hay una hora de prueba que vendrá para todo el mundo para probar a quienes viven en la tierra y que hay pruebas que me esperan antes de ese día. Estaré firme en mi posición contigo hoy. Venceré mediante tu divino poder que me guarda en el centro de tu mano. Amén.