«Y habiendo amado a los suyos… los amó hasta el fin» (Juan 13:1).
Sadhu Sundar Singh pasó por una multitud de personas que estaban apagando un fuego en la jungla al pie del Himalaya. Sin embargo, varios hombres estaban contemplando un árbol cuyas ramas ya estaban ardiendo.
—¿Qué están mirando? —les preguntó.
Ellos le señalaron un nido de avecillas en el árbol. Sobre él, un ave volaba frenéticamente de un lado a otro muy angustiada. Los hombres dijeron:
—Quisiéramos salvar ese árbol, pero el fuego nos impide acercarnos a él.
Unos minutos después el nido se incendió. El Sadhu pensó que el ave madre se alejaría volando. ¡Pero no! Voló hacia abajo, extendió sus alas sobre sus crías y en unos minutos se convirtió en cenizas junto con ellas.
«Ese amor tan maravilloso, Ese amor tan maravilloso, Que Dios amara a un pecador como yo, ¡Qué hermoso es un amor como ese!». ¡Que el amor nuestro arda hasta el punto del sacrificio!