«Después de que Lot se separó de Abram, el SEÑOR le dijo: “Abram, levanta la vista desde el lugar donde estás, y mira hacia el norte y hacia el sur, hacia el este y hacia el oeste. Yo te daré a ti y a tu descendencia, para siempre, toda la tierra que abarca tu mirada”»
Génesis 13:14–15
Ningún deseo suyo será satisfecho por el Espíritu Santo a menos que él tenga la intención de hacerlo. Así es que deje que su fe lo eleve y le remonte para reclamar toda la tierra que pueda descubrir.
—S. A. Keen
Todo lo que alcanza a comprender a través de una visión de fe le pertenece. Mire hasta donde le alcance la vista porque todo es suyo. Todo lo que quiere ser como cristiano y todo lo que desea hacer para Dios están dentro de las posibilidades de fe; así que acérquese a él y con su Biblia ante usted y su alma completamente abierta al poder del Espíritu deje que su ser entero reciba el bautismo de su presencia.
Al él abrir su entendimiento y permitirle ver su plenitud, crea que él tiene todo para usted. Acepte todas las promesas de su Palabra, todos los deseos que despierta dentro de usted, y todas las posibilidades de lo que puede llegar a ser como un seguidor de Jesús. Toda la tierra que ven sus ojos se le es dada a usted.
La provisión de su gracia, que nos ayuda a lo largo del camino al cumplimiento de su promesa, está realmente ligada a la visión interior que Dios nos ha dado.
Aquel que puso el instinto natural en el corazón de un ave para volar a través de un continente en busca de un clima más cálido es demasiado bueno para defraudarla. Así como no dudamos de que él puso el instinto dentro de un ave, podemos estar seguros de que también ha provisto brisas delicadas y un sol primaveral para salir a su encuentro cuando llegue.
Y aquel que inspira brisas de esperanza celestial en nuestros corazones no nos defraudará ni fallará cuando intentemos su realización.
—Seleccionado