Confía en Dios
CONFÍA EN MÍ, dejando el control en mis manos. Mantente quieto y reconoce que yo soy Dios. Este es mi mundo: Yo lo hice y yo lo controlo. La tuya es una parte sensitiva en la letanía de Amor. Yo busco entre mis hijos a quienes sean receptivos a mí. Cuida bien este don que he plantado en tu corazón. Aliméntalo con la luz de mi Presencia.
Cuando vengas a mí con tus peticiones diseña tu estrategia. Háblame con franqueza; derrama el contenido de tu corazón. Luego, agradéceme por las respuestas que yo he planeado desde mucho antes que puedas darte cuenta de los resultados.
Cuando vuelvas a presentarme tus peticiones, sigue dando gracias por las respuestas que vienen en camino. Si persistes en manifestarme tus preocupaciones, terminarás viviendo en una tensión permanente.
Cuando me agradeces por la forma en que estoy respondiendo a tus oraciones, tu actitud mental se torna mucho más positiva. Las oraciones de gratitud te permiten estar consciente de mi Presencia y de mis promesas.
SALMO 46.10; COLOSENSES 4.2; 2 PEDRO 1.3-4