«Vaso noble, santificado, útil para el Señor y preparado para toda obra buena» (2 Timoteo 2:21).
Martin Wells Knapp estaba en una ocasión atravesando una prueba fuerte y en sus devociones privadas le pidió a Dios que se la quitara.
Mientras esperaba delante del Señor, surgió delante de él la visión de un pedazo de mármol en bruto y un escultor que lo pulía y lo labraba.
Al observar cómo el aire se llenaba del polvo y de las astillas, notó que una hermosa imagen comenzaba a aparecer en el mármol.
El Señor le habló y le dijo: «Hijo, tú eres ese bloque de mármol. Yo tengo una imagen en mi mente y deseo producirla en tu carácter, y lo haré si soportas el esmerilado; pero me detendré ahora si así lo deseas».
El señor Knapp rompió a llorar y dijo: «Señor continúa labrándome y puliéndome». La vida es una cantera de la cual tenemos que moldear, labrar y completar un carácter. —Goethe